Disfrutando de la sala, acomodándome en ella. Tal vez demasiado cómoda, tal vez demasiado reconfortante... estoy perdiendo en sendero, de hecho ahora ya apenas se ve, como si sólo fuera un espejismo, una sutil mancha borrosa dejada por un ligero sueño superficial en una noche de pesadillas.
Sentada, gozando de las vistas, apreciando la sensación placentera
de deleite, sin más preocupaciones o futuros... o pasados. Perdiendo todo propósito
o anhelo, quedándome en la superficialidad de la vida más simple, cejando en la
búsqueda de ese algo más que siempre pensé que tenía que hallar. Y sin embargo más
en paz que nunca.
Tal vez siempre estuve equivocada, igual lo extraordinario
no estaba llamando a mi puerta tan incesantemente como me había hecho creer, es
posible que sea el ser mediocre que
nunca quise ser, a lo mejor la felicidad era esto, no destacar, no buscar más allá,
sólo encajar.
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